Reportaje sobre adicción e IDD
Esconderse a plena vista
consumo excesivo de azúcar e IDD
Comer demasiada azúcar es un grave problema de salud. Puede causar problemas en el comportamiento, las emociones y la capacidad de pensar con claridad. También puede afectar a sus amistades con los demás y a su salud física. Las personas con IDD corren el riesgo de sufrir graves consecuencias relacionadas con el azúcar. Aunque no se ha investigado mucho, el consumo excesivo de azúcar ha sido un serio motivo de preocupación para las personas con IDD. Algunos de los signos de comer demasiada azúcar son comer cosas dulces cuando te sientes mal, comer demasiados alimentos que vienen de latas o del congelador y no saber lo suficiente sobre nutrición.
Hay muchas razones por las que las personas con IDD comen tanta azúcar. Consumen más azúcares, grasas y comida rápida que las personas que no padecen IDD. Las personas que viven en hogares de grupo suelen ser llevadas a restaurantes de comida rápida por su personal, y a veces reciben recompensas en forma de comida cuando alcanzan sus objetivos. Algunas personas con IDD tienen dificultades para comprar alimentos nutritivos porque no disponen de mucho dinero.
Si las personas quieren reducir la cantidad de azúcar que consumen, es una buena idea trabajar con un médico. También pueden trabajar para no comer comida basura y empezar a comer alimentos nutritivos en su lugar. Los Profesionales de Apoyo Directo (DSP, por sus siglas en inglés) pueden ayudar a las personas mostrándoles qué alimentos son nutritivos, haciendo un juego de roles diciendo «No» a la comida chatarra y llevando un diario para seguir y celebrar los progresos. Los investigadores no se ponen de acuerdo sobre la mejor manera de reducir el azúcar, pero coinciden en que lo mejor es empezar por los puntos fuertes y las preferencias de cada persona.
Un número alarmante de personas consume diariamente más azúcar de la recomendada por las directrices establecidas. Esto es muy preocupante porque varios estudios de investigación han relacionado el consumo excesivo de azúcar con graves consecuencias para la salud conductual, emocional, cognitiva, social y física. Aunque es diferente de las adicciones al alcohol y otras drogas, el consumo excesivo de azúcar es un hábito que debe considerarse una grave amenaza para la salud y el bienestar humano.
Un grupo que puede ser especialmente susceptible al consumo excesivo de azúcar es el de las personas con discapacidades intelectuales o del desarrollo, según varios estudios de investigación publicados. Pocos profesionales tienen en cuenta cómo el consumo excesivo de azúcar puede empeorar el bienestar social, emocional, conductual y físico de las personas con IDD.
El azúcar es una recompensa que nuestro cerebro busca. Sin embargo, el consumo de cantidades excesivas de azúcar se ha relacionado con consecuencias para la salud emocional, conductual, cognitiva y física. Los individuos pueden verse afectados de diferentes maneras y pueden verse influidos por una serie de factores, pero las consecuencias potenciales señaladas en la literatura de investigación incluyen el aumento de peso, la inflamación, los problemas de sueño, los problemas de salud digestiva, la desregulación hormonal, la falta de atención, las dificultades de aprendizaje, la depresión, la inestabilidad del estado de ánimo, la impulsividad y el aumento de los comportamientos de riesgo.
Factores potenciales, barreras y retos específicos de las personas con IDD
Las razones por las que alguien consumiría cantidades excesivas de azúcar son matizadas y diversas. Aunque todavía poco estudiado, el consumo excesivo de azúcar se ha señalado como un grave problema en individuos con IDD en un número creciente de estudios. Esto concuerda con las investigaciones que señalan que los adultos con IDD experimentan dificultades para llevar una vida sana. Por ejemplo, las personas con IDD consumen más azúcar, grasas y comida rápida que la población general. Para complicar las cosas, las personas con IDD con frecuencia se enfrentan a barreras sociales, emocionales, ambientales, económicas y cognitivas que les impiden elegir un estilo de vida saludable. Esto es especialmente cierto cuando la persona cuenta con servicios de apoyo limitados. Aumentar la concientización y la comprensión del consumo excesivo de azúcar en las personas con IDD es un primer paso fundamental en el proceso de intervención.
Es importante señalar que no todas las personas que consumen grandes cantidades de azúcar se consideran adictas a ella. Cada caso debe ser individualizado, pero es importante consultar a un nutricionista titulado y a un profesional de la salud conductual capacitados en las complejidades de estos temas.
Existen varias señales de alarma que los profesionales y los familiares pueden tener en cuenta y que indican la existencia de un problema con el azúcar, o incluso una posible adicción. Los problemas dietéticos pueden incluir la alimentación emocional, la dependencia de alimentos muy procesados o el analfabetismo nutricional. Estar mal informado sobre nutrición o vivir en un entorno de hogar colectivo donde los profesionales de apoyo están mal informados sobre nutrición pueden contribuir de forma significativa. Los problemas cognitivos, incluidos los de autorregulación y funcionamiento ejecutivo, también pueden ser factores, al igual que la ansiedad, el duelo, el trauma y la desregulación emocional. Los problemas de conducta o ser víctima de acoso escolar son otros factores.
Estrategias, soluciones e intervenciones
Crear y mantener una relación sólida entre la persona con IDD y los profesionales de la salud es importante, ya que el equipo de apoyo trabaja para desarrollar y aplicar soluciones. Los profesionales de apoyo, los proveedores de salud mental y las familias deben mantenerse en contacto regular con los proveedores de atención médica y consultar con un nutricionista licenciado. Por desgracia, muchos profesionales de la salud conductual y médica carecen de capacitación avanzada sobre cómo puede afectar el consumo excesivo de azúcar a los pacientes con IDD. Por ello, es muy necesario aumentar la concientización y las competencias profesionales en este ámbito. Esto es fundamental porque una nutrición adecuada puede mejorar la calidad de vida al abordar afecciones secundarias existentes, como el aumento de peso, los problemas digestivos y la fatiga. También puede evitar que se desarrollen afecciones secundarias adicionales.
Más allá de las estrategias generales para fomentar estilos de vida saludables y mejorar la salud emocional y conductual, existen técnicas específicas que pueden tenerse en cuenta a la hora de ayudar a las personas con IDD a reducir el consumo de azúcar. Los enfoques de reducción de daños se han utilizado con éxito en otros ámbitos de la adicción, por lo que en este contexto podría significar trabajar con la persona a la que se le presta apoyo para empezar a reducir el número de refrescos que consume de 12 a 11 al día, y reducirlo gradualmente a partir de ahí.
Es esencial consultar primero a un nutricionista o a un médico antes de introducir cambios importantes en la dieta. Eliminar la comida basura es un paso positivo, pero que algo parezca saludable sobre el papel no significa que vaya a funcionar siempre. Si alguien tiene una sensibilidad o alergia alimentaria, va a tener una respuesta inflamatoria que con el tiempo puede acarrear graves consecuencias. También es importante reconocer desde el principio las numerosas barreras socioeconómicas a las que con frecuencia se enfrentan las personas con IDD para acceder a una buena atención médica y a una buena nutrición, y tenerlas en cuenta en el proceso de intervención.
Otras estrategias consisten en llevar un diario, lo que no implica escribirlo en un libro, sino hablar con una grabadora. El paso fundamental es repetir muchas veces las cosas y celebrar los progresos, lo que puede hacerse mejor con familiares o trabajadores de apoyo que estén en la vida de la persona todos los días. Escribir un diario es una forma estupenda de autorreflexión y puede fortalecer la cognición y ralentizar la mente para centrarse y crear más paciencia. Si está registrando sus progresos hacia la reducción del consumo de azúcar, tener un diario en el que mirar atrás y reflexionar después de un mal día puede ser muy útil.
Modelar y representar comportamientos también son técnicas que funcionan bien. Si una persona de apoyo o un familiar bebe muchos refrescos o come comida rápida con frecuencia, esto causa una profunda impresión en alguien con IDD. Hay que prepararlos para el éxito creando un entorno alimentario positivo a su alrededor y modelando comportamientos que promuevan la salud.
Por desgracia, muchos cuidadores y trabajadores de apoyo directo y personal de grupo no comprenden realmente el impacto que el consumo excesivo de azúcar puede tener en la salud y el bienestar generales. En algunos casos, el personal de los centros de acogida puede recompensar a los internos con visitas a restaurantes de comida rápida o gasolineras que venden comida chatarra. Puede que compren comida procesada poco saludable, y que a los residentes les encante, pero puede que los trabajadores de apoyo no se den cuenta de que puede contribuir a la irritabilidad, los problemas intestinales, la depresión y la ansiedad de las personas. Como parte de un enfoque holístico de la intervención, debe tenerse en cuenta este aspecto y también ayudar a las personas a dormir mejor, mejorar su salud intestinal y controlar los niveles de azúcar en sangre.
Otra estrategia que funciona en muchos tipos de comportamientos que crean hábito es buscar formas de reducir la soledad en la vida de las personas. Son habilidades que pueden enseñarse en la consulta de un médico, pero que también deben aplicarse y practicarse en situaciones cotidianas. La reducción de la soledad debe considerarse parte de un enfoque de intervención global y holístico.
Otra estrategia para considerar es ayudar al individuo a reducir los comportamientos sedentarios. Crear un club de senderismo, por ejemplo, no solo puede aportar los beneficios de hacer más ejercicio físico, sino que también puede introducir un componente social para combatir la soledad. Incluso el yoga en silla u otras intervenciones cuerpo-mente pueden ser benéficas. Estos enfoques también pueden aplicarse a través de la telesalud. Sin embargo, antes de llevar a cabo este tipo de intervenciones, se recomienda consultar con el equipo médico de la persona y trabajar con un profesional del ejercicio físico cualificado.
Orientaciones futuras
Aunque no hay consenso en la literatura científica sobre qué intervenciones de promoción de la salud son las más apropiadas para las personas con IDD que también consumen cantidades excesivas de azúcar, sabemos que adaptarlas a las fortalezas y preferencias individuales contribuirá al índice de éxito. Por supuesto, esto debe hacerse bajo la supervisión de un médico y/o nutricionista. Mientras se sigue investigando y mejores prácticas de intervención basadas en evidencia, la concientización sobre estos temas y los esfuerzos repetidos por mejorar los hábitos nutricionales son fundamentales.
Estrategias generales | Fomentar prácticas que promuevan la salud (por ejemplo, control del peso, salud dental y evitar saltarse comidas), identificar posibles barreras, mejorar la salud emocional y conductual, psicoeducación, enfoques basados en la fortaleza, centrarse en otros comportamientos problemáticos (por ejemplo, tiempo frente a la pantalla). |
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Técnicas específicas | Enfoques de reducción de daños, intervenciones con diarios, entrevistas motivacionales, intervenciones de nudging, intervenciones de autocompasión. |
Desarrollo de competencias | Habilidades presupuestarias, toma de decisiones, conciencia emocional, inteligencia emocional, procesamiento emocional, habilidades de aprendizaje, metacognición, optimismo, autoestima, gestión del tiempo y habilidades organizativas, habilidades de la función ejecutiva, autoconcepto, autoeficacia. |
Centrado en la dieta | Desarrollar la alfabetización nutricional, mejorar las habilidades culinarias, aprender sobre los efectos nocivos del azúcar, aprender sobre el control de las porciones, aprender sobre los distintos nombres del azúcar, aprender a leer las etiquetas de los alimentos, practicar la alimentación consciente. |
Comportamientos saludables | Ejercicio, reducción de conductas sedentarias, capacitación en autorregulación. |
Consultar con otros profesionales | Nutricionista, especialista en ejercicio, especialista en sueño, profesional de la salud conductual, terapeuta del lenguaje, habla y comunicación, terapeuta ocupacional. |
Otras consideraciones | Educación de los cuidadores, mejora de la salud del sueño, enfoques para reducir la soledad. |