Historia personal

Feature Issue on Employment and IDD

Triturar las viejas formas de trabajar

Autor

Barb Anderson Barb Anderson trabaja como taquillera en el Duluth Entertainment Convention Center. Ella vive en Duluth, Minnesota.

Una mujer con camisa negra con botones y una tarjeta de identificación de empleada sostiene una ficha azul en la mano mientras se encuentra en la entrada de un centro de convenciones.

Crecí en Red Wing pero vine a Duluth en 2010 para vivir con mi hermana, mi cuñado y mi sobrino después de que mi madre falleciera. Cuando empecé en la Udac en 2013, me dedicaba sobre todo a la trituración de papel. Luego, en 2020, cerramos debido a la pandemia.

Hace dos años empecé a trabajar con un orientador profesional de la Udac y hablamos de mis intereses. Le dije que me gustaban los deportes y que era una gran seguidora de los Bulldogs de hockey [de la Universidad de Minnesota-Duluth]. Mi orientador vio que el estadio donde juegan, el Duluth Entertainment Convention Center, estaba contratando personal para el servicio de invitados. Mi orientador me dijo que probablemente no me contrataban la primera vez que lo intentara, pero en realidad sí lo hicieron, y ya llevo allí dos años.

Para eventos como conciertos y partidos, escaneo las entradas. Tenemos un escáner que lee el billete y si pita, sabemos que está bien. Me reúno varias veces cada turno con un preparador laboral, pero estamos trabajando para [reducir ese apoyo]. Cuando empecé, tuve a alguien conmigo todo el tiempo.

Me gusta mucho la emoción y las multitudes cuando se llena de gente. Estoy ahí fuera bailando al ritmo de la música y animando a los Bulldogs.

Hice una entrevista de trabajo y recuerdo que tenía muchas ganas de trabajar allí. Mi familia se sintió muy orgullosa cuando conseguí el trabajo, y me apoyan para que participe en la comunidad. Pertenezco a un club de jardinería y hago mucho voluntariado, como ayudar en el Maratón de la Abuela en Duluth.

Me gusta mucho más trabajar ahora que antes de este trabajo. Tomo un taxi para trabajar sola y me gustan las personas con las que trabajo. Ahora los siento como mi familia. Por supuesto, también está bien que te paguen. Me ayuda a salir a comer a veces, o me paga un campamento al que quiero ir.