Descripción general

Feature Issue on Employment and IDD

Utilizar la tecnología como apoyo al empleo

Autores

Renáta Tichá es investigadora asociada senior en el Instituto de Integración Comunitaria de la Universidad de Minnesota, en Minneapolis.tich0018@umn.edu

Karen Herman es directora ejecutiva de UDAC, Inc., en Duluth, Minnesota. Kherman@udac.org

Sam Shepherd es el fundador y director ejecutivo de 3DA, una organización sin fines de lucro de Mesa (Arizona). samshepherd@3da.org

Dos estudiantes adultos de pie frente a una pizarra llena de cálculos, con un robot blanco y gris de pie sobre una mesa frente a ellos.

Dos ayudantes graduados del Instituto de Robótica de Minnesota, Haoyi Shi (derecha) y Haoyuan Du (izquierda), explican cómo interactúa el robot Nao con los humanos en el marco de una colaboración entre el ICI y el Departamento de Ciencias e Ingeniería Informáticas.

La tecnología, incluido el uso de la robótica, es una de las soluciones clave a la grave escasez de profesionales cualificados de apoyo directo (DSP, por sus siglas en inglés). Los DSP utilizan la televigilancia domiciliaria y las tecnologías de asistencia para ayudar en las tareas de la vida diaria y los servicios de rehabilitación. Nuevos robots, como FoldiMate y Grillbot, pueden doblar ropa y cocinar alimentos. La robótica puede ayudar a los DSP liberándoles tiempo para interactuar directamente con las personas a las que ayudan. Los robots de asistencia social se utilizan para ayudar a las personas en las tareas de la vida diaria y como acompañantes que contribuyen al bienestar y la salud psicológica. Se han utilizado para la investigación y como modelos de prueba en el apoyo a las personas mayores, pero necesitamos más estudios para saber cómo funcionan para las personas con discapacidades intelectuales y/o del desarrollo (IDD, por sus siglas en inglés). Casi la mitad de los estados están trabajando en planes o leyes que dan prioridad a la tecnología como forma de superar la escasez de personal, apoyar la autonomía de las personas con discapacidad y reducir costos. Investigadores del Instituto de Integración Comunitaria de la Universidad de Minnesota y de su Facultad de Ciencias e Ingeniería están estudiando el uso de robots de asistencia social dotados de inteligencia artificial.

Las personas con discapacidad intelectual, del desarrollo y otras discapacidades cognitivas dependen de la infraestructura de servicios para personas con discapacidad para vivir y participar en sus comunidades, incluida la prestación de apoyos cotidianos en materia de salud e higiene, transporte, empleo y actividades de ocio. Sin embargo, las elevadas tasas de rotación y vacantes en los puestos de profesionales de apoyo directo (DSP) pueden interferir significativamente en la capacidad de una persona para vivir y trabajar en entornos basados en el hogar y la comunidad, como se señala en un artículo publicado en 2020 en Intellectual and Developmental Disabilities (https://doi.org/10.1352/1934-9556-58.3.192 ).

En un estudio de alcance que acaba de publicarse en Inclusion (https://doi.org/10.1352/2326-6988-12.3.201 ) se analiza la continua escasez de trabajadores cualificados en todos los sistemas de servicios para personas con discapacidad, y esta costosa rotación plantea dificultades a la hora de establecer una cultura organizativa positiva cuando muchos miembros del personal abandonan sus puestos con menos de un año de permanencia.

La contratación, retención y capacitación de DSP para satisfacer las necesidades de servicios de apoyo comunitario para personas con IDD y otras discapacidades cognitivas ha sido un problema desde que comenzó el movimiento de desinstitucionalización para personas con IDD en la década de 1970.

«Junto con el reconocimiento de la importancia del personal de atención directa ha surgido una creciente preocupación por las tasas anormalmente altas de rotación entre las personas que ocupan estos puestos», escribieron los primeros responsables del Instituto de Integración Comunitaria en un informe de 1981 (https://bit.ly/3ABNuBK ).

Para dar cabida a más personas con IDD que viven en entornos comunitarios pequeños, el número total de entornos de servicios residenciales aumentó drásticamente en los últimos 30 años. En la comunidad, se espera que los DSP apoyen una alta calidad de vida para las personas a las que apoyan. Esto incluye la consecución de objetivos centrados en la persona y oportunidades de autodeterminación, inclusión social y comunitaria, y participación plena y activa en la comunidad, según las normas de competencia destacadas por la Alianza Nacional de Profesionales de Apoyo Directo. El personal de apoyo directo con frecuencia se enfrenta a diversos retos psicológicos, entre ellos un mayor riesgo de estrés y ansiedad relacionados con el trabajo; agotamiento y sentimientos de despersonalización; e irritación y agotamiento emocional, tal y como se describe en un artículo de 2003 publicado en Journal of Advanced Nursing (https://doi.org/10.1046/j.1365-2648.2003.02600.x ).

Se necesita: soluciones basadas en tecnología

Dada la clara relación entre la alta calidad de los servicios y apoyos, incluida la presencia y calidad de los DSP, y la inclusión y participación de las personas con discapacidad cognitiva en la comunidad, existe una necesidad crítica de abordar la actual crisis de mano de obra que está experimentando el sistema de servicios. La tecnología, incluida la robótica de asistencia social (SAR, por sus siglas en inglés), es una de las soluciones clave a esta crisis de mano de obra.

Se han implementado varios tipos de tecnologías como ayudas en organizaciones y hogares para asistir a los DSP que apoyan a adultos con IDD y necesidades de envejecimiento a diferentes niveles, incluyendo la monitorización y automatización del hogar, la tecnología de asistencia y la telesalud. La robótica es una tecnología emergente que consiste en dispositivos automatizados que ayudan en la rehabilitación y/o las habilidades de la vida diaria y aumentan la eficiencia. Foldimate y Grillbot, por ejemplo, ayudan a doblar la ropa y a asar la comida sin ayuda. La robótica puede ayudar a los DSP liberándoles tiempo para el compromiso directo con las personas a las que prestan apoyo y también puede ofrecer más opciones de autogestión e independencia. Durante la pandemia de COVID-19, los robots se volvieron aún más solicitados en entornos residenciales y laborales, ya que no eran susceptibles de contraer enfermedades, se desinfectaban con facilidad, podían ayudar en las revisiones y controles médicos y contribuían a que las personas con discapacidad participaran en actividades, como se señala en un artículo de Robotics del 2021 (https://doi.org/10.3390/robotics10030106 ).

Los robots de asistencia pueden describirse en función de dos categorías: robots de rehabilitación (dispositivos robóticos de asistencia) y robots de asistencia social (SAR). Los robots de asistencia social pueden dividirse en dos subtipos: robots de servicio y robots de compañía. Los robots de tipo servicio se utilizan para ayudar a la persona en actividades cotidianas, como comer, bañarse y vestirse. Los robots de compañía SAR Workforce se utilizan para apoyar el bienestar psicológico y la salud. Se han utilizado varios tipos para la investigación o como prototipos para apoyar sobre todo a personas con necesidades de envejecimiento, como Nao y Pepper, que tienen una estructura humanoide y pueden programarse con IA, como se señala en IEEE Access (https://doi.org/10.1109/ACCESS.2021.3092407). Nao y Pepper se han utilizado en varios estudios, han mostrado pruebas preliminares de usabilidad y viabilidad y de compromiso de los participantes, y pueden adquirirse.

Mientras que existe un conjunto en desarrollo de investigaciones preliminares sobre las SAR dirigidas a adultos mayores con resultados prometedores, solo hay un puñado de estudios publicados dirigidos a personas con IDD.

Como las personas con y sin discapacidad viven más años y los recursos económicos para personal de apoyo son insuficientes, debemos buscar soluciones nuevas y éticas para apoyar una vida centrada en la persona en la comunidad. Para apoyar este esfuerzo, 22 estados han establecido iniciativas o legislación para hacer de sus estados un estado de Technology First (tecnología primero), lo que significa que las soluciones tecnológicas deben buscarse desde el principio. Los tres estados que cuentan con legislación oficial sobre Technology First son Minnesota, Misuri y Ohio. Technology First da prioridad a la tecnología en apoyo de la autonomía, la superación de la escasez de personal y la rentabilidad.

Una de las posibles soluciones es la inteligencia artificial (IA). Entre los ejemplos de IA en el lugar de trabajo se encuentran el software de reconocimiento de voz, los asistentes virtuales, los robots de asistencia social (SAR) y los sistemas robóticos colaborativos, tal y como se expone en las actas publicadas este año de la 17th International Conference on Pervasive Technologies Related to Assistive Environments (17ª Conferencia Internacional sobre Tecnologías Generalizadas[А1] Relacionadas con Entornos Asistenciales) (https://doi.org/10.1145/3652037.3652073 ). Con la IA interactiva en el espacio de trabajo, la escala en la que la propia IA no tiene autonomía o tiene autonomía total la dictan los propios usuarios. La IA con poca o ninguna autonomía puede servir como tecnología de asistencia y, al mismo tiempo, reducir el miedo a la IA totalmente autónoma en el lugar de trabajo. La ética de la tecnología de asistencia, incluida la IA, implica mejorar la autonomía en varias facetas de la vida, incluido el espacio de trabajo, no simplemente para hacer todo el trabajo por el individuo.

Robot de asistencia social con IA de la Universidad de Minnesota y la Udac

Investigadores del ICI, en colaboración con la Facultad de Ciencias e Ingeniería de la Universidad de Minnesota (MN Robotics Institute), han estado estudiando el uso de SAR equipados con IA para interactuar con personas que envejecen. El proyecto inicial, titulado Enhancing Physical Activity Among Older Adults Using Nao, a Socially Assistive Robot (SAR) (Mejora de la actividad física de las personas mayores utilizando Nao, un robot de asistencia social) se financió mediante una subvención inicial Jump Start del CEHD. En este proyecto, los investigadores trabajaron con The Pillars, una organización de asistencia para la vida diaria de Minnesota, para averiguar cómo reaccionaban los adultos mayores con problemas cognitivos leves ante el SAR y hasta qué punto el robot era capaz de iniciar y seguir interacciones individuales. Los resultados preliminares sugieren que el SAR podría servir de acompañante para algunas personas con necesidades de envejecimiento, proporcionándoles consejos prácticos y compañía, aliviando así al personal de forma que este pueda centrarse en las necesidades de los residentes a los que el SAR no puede ayudar.

Karen Herman y su equipo de la Udac de Duluth (Minnesota), en colaboración con el ICI y el Instituto de Robótica de Minnesota, han recibido recientemente una subvención del Departamento de Servicios Humanos de Minnesota para utilizar el Nao para ayudar a personas con discapacidad intelectual en el lugar de trabajo. Será el primer estudio de este tipo que utilice el Nao con este fin. El proyecto se basa en el principio de que SAR trabajará con y para el individuo, diseñado para abordar sus retos únicos y proporcionar apoyo centrado en la persona o a medida. Esta personalización puede darse en varias áreas: interacción y habilidades sociales, apoyo emocional, secuenciación de tareas, recordatorios y preguntas sobre el tiempo, información específica sobre el trabajo y otros apoyos necesarios. Tiene los beneficios de proporcionar más autonomía y autosuficiencia con ayuda para la comunicación, apoyo personalizado para el aprendizaje y apoyo a las necesidades educativas para el trabajo, y apoyo emocional y compañía. Para ello, el SAR debe adaptarse y programarse en función de las necesidades diversas y únicas del individuo.

Estos compañeros transformadores tienen un gran potencial para abordar las barreras en el lugar de trabajo y reducir o eliminar la necesidad de una preparación laboral a largo plazo. El objetivo final es inspirar independencia, confianza y promover el empoderamiento para que las personas atendidas puedan tener éxito en su función laboral.