40 Big Ideas

23. El modelo social de la discapacidad
Cambiando el enfoque de las personas a las barreras que construimos

Autor

Rebecca Dosch Brown es la directora de educación interdisciplinaria y participación comunitaria en el Instituto de Integración Comunitaria de la Universidad de Minnesota en Minneapolis. dosch018@umn.edu

El modelo social de la discapacidad sostiene que las personas no tienen discapacidad por sus cuerpos o sus mentes, sino por el mundo que las rodea. Los activistas del Reino Unido tuvieron esta idea en la década de 1970. Distingue entre tener una «discapacidad» (como no poder caminar) y ser «discapacitado» (no poder entrar en edificios porque no hay rampas disponibles). El modelo social cambió las leyes y facilitó el acceso a los lugares públicos. Algunas personas dicen que se pierden cosas importantes, como el dolor que no desaparece ni siquiera con un mejor acceso. Pero lo esencial es cierto: nosotros elegimos a quién dejamos fuera, y podemos elegir de otra manera.

Cuando no puedes llegar al lavabo, ¿el problema es tu silla de ruedas o el armario que te bloquea el acceso? Cuando el ruido en el lugar de trabajo le abruma, ¿el problema es su autismo o la negativa de su empleador a proporcionarle auriculares con cancelación de ruido? Estas preguntas revelan un cambio fundamental en la forma en que entendemos la discapacidad, un cambio que surgió de los activistas y defensores de las personas con discapacidad que se negaron a aceptar que el problema radicaba en ellos mismos.

A mediados de la década de 1970, la Unión de Personas con Discapacidad Física contra la Segregación (UPIAS) cuestionó décadas de pensamiento médico sobre la discapacidad. En lugar de considerar a las personas con discapacidad como cuerpos rotos que necesitan reparación, defendían algo más radical: la discapacidad no se refiere a las deficiencias individuales, sino al fracaso de la sociedad a la hora de incluir a todo el mundo. Mike Oliver cristalizó este pensamiento en su libro de 1983, Social Work With Disabled People (El trabajo social con personas discapacitadas), en el que aclaró lo que hoy llamamos el modelo social de la discapacidad.

El modelo distingue entre deterioro y discapacidad. La discapacidad se refiere a diferencias físicas, sensoriales, intelectuales o mentales reales que afectan a la facilidad con la que una persona se mueve por el mundo. Sin embargo, la discapacidad surge cuando la sociedad crea barreras que excluyen a las personas con discapacidades de la plena participación. Una persona que utiliza una silla de ruedas eléctrica no tiene una discapacidad por su forma de moverse, sino por los edificios sin rampas, los autobuses sin elevadores y las actitudes sobre quién pertenece a los espacios públicos.

Un gráfico muestra las diferencias entre los modelos médico y social de la discapacidad.

Este modelo no era solo una teoría. El modelo social se convirtió en una herramienta política que transformó las leyes. Conscientes de que las barreras crean discapacidad, los activistas forzaron cambios en el transporte público, los códigos de construcción y la legislación laboral. La conversación pasó de la rehabilitación a los derechos, de la «tragedia» individual a las luchas colectivas por los derechos.

Sin embargo, esta poderosa herramienta tenía sus límites. Críticos como Tom Shakespeare señalaron que el modelo social no aborda la realidad del dolor, la fatiga y otras experiencias que persisten en el cuerpo independientemente de los cambios sociales. Patty Berne y otros activistas estadounidenses por la justicia para las personas con discapacidades señalaron otra debilidad: el modelo no abordaba cómo la discapacidad se entrecruza con la raza, la clase social, el género y otros sistemas de opresión.

Hoy en día, la mayoría de los pensadores sobre discapacidad navegan por estas tensiones. Emily Ladau sostiene que podemos reconocer las barreras sociales y las realidades vividas por las personas con discapacidad sin abandonar las ideas fundamentales del modelo social. Lydia X.Z. Brown nos impulsa a centrar las experiencias de las personas con discapacidad en movimientos más amplios contra la opresión sistémica.

Si bien el modelo social revolucionó la accesibilidad física en muchos espacios públicos, Mike Oliver, un académico discapacitado, observó en 2013 que persisten la discriminación laboral y la exclusión educativa, especialmente para las personas con discapacidades intelectuales, del desarrollo y de salud mental. Oliver también advirtió que las presiones económicas a menudo tientan a los gobiernos a utilizar el modelo social como arma, dividiendo a las personas con discapacidades en categorías «merecedoras» y «no merecedoras» para justificar el recorte de servicios.

El poder duradero del modelo social no reside en su capacidad para explicar todo lo relacionado con la experiencia de la discapacidad. En cambio, ofrece algo más importante: un marco para comprender que las barreras que atravesamos no son naturales ni inevitables, sino decisiones tomadas por la sociedad. Cuando reconocemos la discapacidad como un problema de diseño, en lugar de un problema individual, hacemos posible imaginar —y construir— un mundo que funcione para todos.

Nota

Impact suele utilizar un lenguaje centrado en la persona, pero reconoce las diferentes perspectivas de nuestros autores.