40 Big Ideas
19. Planificación de la transición para los jóvenes
Una persona y enfoque centrado en la comunidad
Muchos estudiantes con discapacidades no estaban preparados para conseguir un trabajo, vivir de forma independiente o participar plenamente en la vida comunitaria. En 1990, una ley estadounidense exigía a las escuelas crear planes de transición que ayudaran a los estudiantes a prepararse para la vida adulta, y muchas personas vieron que estos servicios podían ayudar a todo el mundo. En todo el mundo, las diferentes tradiciones y las distintas capacidades, intereses y antecedentes culturales de los estudiantes plantean retos a la hora de proporcionar servicios de transición individualizados eficaces. Reconocer estas diferencias y adoptar un enfoque centrado en la persona ha sido muy valioso.
El camino hacia la edad adulta de cada joven está influenciado por el lugar donde vive, cómo pasa su tiempo y qué talentos y necesidades de apoyo tiene. En 1990, la Ley de Educación para Personas con Discapacidades (IDEA) exigió a las escuelas estadounidenses crear planes de transición individualizados para los estudiantes con discapacidades mayores de 16 años. Los planes proporcionan servicios de empleo, vida independiente, educación y vida en comunidad para apoyar la transición de los estudiantes a la vida adulta.
A medida que las escuelas veían el éxito de estos planes, comenzaron a ofrecer servicios similares a todos los alumnos, trasladando la idea a una práctica educativa más amplia. La planificación de la transición ofrece ahora un enfoque más holístico e individualizado para preparar a los estudiantes para un futuro más exitoso. Para los estudiantes con discapacidades intelectuales y otras discapacidades del desarrollo (IDD), esto también ha significado una mejor conexión con los sistemas de apoyo que necesitarán después de terminar la escuela. También incluye servicios para apoyar a los adultos jóvenes con IDD en su transición de los servicios de atención médica pediátrica a los de atención médica para adultos.
Sin embargo, la naturaleza individualizada de estos planes afecta significativamente a los retos y éxitos que los jóvenes encuentran durante esta etapa de sus vidas. Las diferentes capacidades, intereses y antecedentes culturales de los estudiantes plantean retos a la hora de proporcionar servicios de transición individualizados eficaces. Del mismo modo, las diferentes regiones dentro de los países y los diferentes países enfatizan distintos objetivos y valores en el proceso. Mientras que la planificación de la transición está recogida en la legislación de Estados Unidos y otros países desarrollados, en otros países, incluidos los de Europa del Este, la transición de los jóvenes con discapacidad se integra de forma más orgánica en un sistema de capacitación profesional centrado en el desarrollo de habilidades específicas (por ejemplo, carpintería, artes culinarias, albañilería, hostelería o diseño gráfico). En los países de América del Norte y Europa, el énfasis suele ponerse en la transición hacia una vida independiente y el empleo.
En los países en desarrollo, incluidos los del sur de Asia, la transición se considera una responsabilidad de la familia y la familia extensa, y con frecuencia está influenciada por las creencias religiosas. No existe infraestructura para los servicios de transición, o esta es limitada, y las familias se enfrentan al estigma cuando se esfuerzan por integrar a sus jóvenes adultos en la comunidad.
Si bien existen algunas diferencias claras en la planificación de la transición entre los distintos países, también hay diferencias dentro de los propios países, lo que crea similitudes entre ciertos tipos de comunidades. Los entornos urbanos suelen ofrecer más opciones de servicios (por ejemplo, escuelas, oportunidades de aprendizaje en el trabajo), mientras que los entornos rurales suelen ofrecer más oportunidades naturales para la participación durante la transición. En las zonas rurales de Estados Unidos y Bután, por ejemplo, se puede observar cómo los jóvenes en edad de transición participan en festivales locales y otras actividades comunitarias impulsadas por la familia o la familia extendida.
Reconocer estas diferencias y adoptar un enfoque centrado en la persona ha sido muy valioso. Es especialmente relevante durante épocas de agitación y cambio. La guerra en Ucrania, la hambruna en Gaza, la redistribución de distritos en los estados de Estados Unidos y la migración de refugiados afectan a los jóvenes en esta etapa crítica de su vida. No podemos seguir un plan de transición para los jóvenes sin comprender sus circunstancias individuales, familiares, comunitarias y sistémicas.